BIENVENIDO/AS, Sensibles del planeta.

Es evidente que hacer poesía precisa de una condición especial, innata en ciertos aspectos, adquirida en otros tantos. Pero lo que nunca puede faltar en el interior de todo aquel que es o aspire ser poeta, independientemente de su condición humana, de su formación académica y sus circunstancias sociales, es esa chispa de pasión que enciende y pone en marcha el motor de su imaginación, que lo echa a volar, que lo trasporta hacia mundos extraños cuya profanación está rotundamente prohibida al común de la gente, a aquellos que carecen de la sensibilidad y la delicadeza necesarias para transformar lo simple en complejo y lo complejo en simple, lo inexplicable en comprensible, lo misterioso en común, lo grande en pequeño, lo feo en atractivo, lo sublime en alcanzable… Por eso el poeta suele ser para muchos un ser extraño, dotado de cualidades excepcionales, incomprendido en muchos casos; pero respetable siempre, por sus dotes virtuosas de hábil receptor de las vicisitudes que ocurren en su entorno.

martes, 7 de septiembre de 2010

MIGAJAS...


Estas migajas de placer,
 estos pequeños trozos de miradas pecaminosas, 
estas caricias y estos besos fugitivos
 me imploran otro roce prohibido entre mi lengua y tu humedad,
 entre mis dedos y las elevaciones de tu piel incandescente 
que impetuosamente desnuda mis deseos
 de estar eternamente en tu cama.

 Esta loca manera de entregarnos, 
de transgredir leyes de tierra y cielo,
 de hacer temblar el firmamento de nuestra cama,
 ejercitando nuestros labios en acalorados besos,
 convirtiendo en cancion los gemidos,
 construyendo versos con las sustancias derramadas 
del misterio de las sensaciones. 

Solo son migajas, 
y sin embargo llenas mi vida por completo, 
aliviando mis urgencias de amor,
 fortificando mis anhelos,
 soplando aliento de vida 
sobre el barro de mi leve existencia.

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