BIENVENIDO/AS, Sensibles del planeta.

Es evidente que hacer poesía precisa de una condición especial, innata en ciertos aspectos, adquirida en otros tantos. Pero lo que nunca puede faltar en el interior de todo aquel que es o aspire ser poeta, independientemente de su condición humana, de su formación académica y sus circunstancias sociales, es esa chispa de pasión que enciende y pone en marcha el motor de su imaginación, que lo echa a volar, que lo trasporta hacia mundos extraños cuya profanación está rotundamente prohibida al común de la gente, a aquellos que carecen de la sensibilidad y la delicadeza necesarias para transformar lo simple en complejo y lo complejo en simple, lo inexplicable en comprensible, lo misterioso en común, lo grande en pequeño, lo feo en atractivo, lo sublime en alcanzable… Por eso el poeta suele ser para muchos un ser extraño, dotado de cualidades excepcionales, incomprendido en muchos casos; pero respetable siempre, por sus dotes virtuosas de hábil receptor de las vicisitudes que ocurren en su entorno.

martes, 7 de septiembre de 2010

TUS BESOS ALLÍ.


Bésame allí,
donde los deseos son chispas
que desnudan las llamas del alma;
donde las caricias conciben amor verdadero,
agitando las alas sublimes de un te quiero
que sobrevuela los verdes campos
de un corazón amante.

Bésame allí,
cuando la noche baile un vals
frente a la luna llena,
cuando el alba se refleje
en los mares del trópico
y te grite fuerte:
¡Amor de capricornio!

Te ruego me beses allí,
donde tantas veces me han besado,
aunque nada he sentido.
Volaré cual gorrión sufrido
si tu boca me niega sus besos,
si me los niega allí,
donde los quiero.

Te ruego me beses apasionadamente.
Hazlo sin prisa, pero sin detenerte.
Porque tus besos allí
son columnas de fuego que arden en mi
cual voraz incendio,
que entero me abraza el cuerpo.

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