Bésame allí,
donde los deseos son chispas
que desnudan las llamas del alma;
donde las caricias conciben amor verdadero,
agitando las alas sublimes de un te quiero
que sobrevuela los verdes campos
de un corazón amante.
Bésame allí,
cuando la noche baile un vals
frente a la luna llena,
cuando el alba se refleje
en los mares del trópico
y te grite fuerte:
¡Amor de capricornio!
Te ruego me beses allí,
donde tantas veces me han besado,
aunque nada he sentido.
Volaré cual gorrión sufrido
si tu boca me niega sus besos,
si me los niega allí,
donde los quiero.
Te ruego me beses apasionadamente.
Hazlo sin prisa, pero sin detenerte.
Porque tus besos allí
son columnas de fuego que arden en mi
cual voraz incendio,
que entero me abraza el cuerpo.
donde los deseos son chispas
que desnudan las llamas del alma;
donde las caricias conciben amor verdadero,
agitando las alas sublimes de un te quiero
que sobrevuela los verdes campos
de un corazón amante.
Bésame allí,
cuando la noche baile un vals
frente a la luna llena,
cuando el alba se refleje
en los mares del trópico
y te grite fuerte:
¡Amor de capricornio!
Te ruego me beses allí,
donde tantas veces me han besado,
aunque nada he sentido.
Volaré cual gorrión sufrido
si tu boca me niega sus besos,
si me los niega allí,
donde los quiero.
Te ruego me beses apasionadamente.
Hazlo sin prisa, pero sin detenerte.
Porque tus besos allí
son columnas de fuego que arden en mi
cual voraz incendio,
que entero me abraza el cuerpo.
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