BIENVENIDO/AS, Sensibles del planeta.

Es evidente que hacer poesía precisa de una condición especial, innata en ciertos aspectos, adquirida en otros tantos. Pero lo que nunca puede faltar en el interior de todo aquel que es o aspire ser poeta, independientemente de su condición humana, de su formación académica y sus circunstancias sociales, es esa chispa de pasión que enciende y pone en marcha el motor de su imaginación, que lo echa a volar, que lo trasporta hacia mundos extraños cuya profanación está rotundamente prohibida al común de la gente, a aquellos que carecen de la sensibilidad y la delicadeza necesarias para transformar lo simple en complejo y lo complejo en simple, lo inexplicable en comprensible, lo misterioso en común, lo grande en pequeño, lo feo en atractivo, lo sublime en alcanzable… Por eso el poeta suele ser para muchos un ser extraño, dotado de cualidades excepcionales, incomprendido en muchos casos; pero respetable siempre, por sus dotes virtuosas de hábil receptor de las vicisitudes que ocurren en su entorno.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL OFRECIMIENTO














Te ofrezco mi calidez
 y mis rígidos instintos,
 mis células madres, 
mis deseos y suspiros. 

Te entregaría hasta la piel
 que mi esqueleto cobija,
 te daría mis mejores años, 
mi ternura y sonrisa. 

Desnudaría el corazón
 frente a los mares de tus ojos,
 para que navegues en las aguas
 de todos mis sueños rotos. 

Quisiera encontrar la ruta
 del firmamento de tu alma,
 porque quiero sentirme humano
 una noche bajo tus sabanas.

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