
En mis ojos polares
la luna tiene lagunas y mares
que mi soledad suele navegar.
Tormentoso tiempo, del qué será;
lacustre y turbulenta soledad
que con sus vientos me anuncian su frío.
Atravesaré el vientre del destino
por los oscuros pantanos del fermentado vino,
para embriagarme con tu inocencia
como la flor se embriaga de rocío.
Si me vieras sin ti,
un mar rojo llorarías
bajo la sombra de la luna fría,
siempre empapada de lo que soy,
un negro esclavo del dolor,
un esqueleto fingiendo vida,
que a olvidado que en sus cenizas
hay un pasado que recordar.
La luna húmeda desea escapar
de la tenebrosidad de mis ojos soñadores,
poblados de tu alma sin rostro.
Sangra herido
el prisionero del espejo roto,
porque algo lastimó su corazón.
El ayer le causa pavor
y el futuro le congela los labios.
El parece estar derrotado
Y enfermo de ti,
desde los pies hasta las estrellas.
Su piel anhela
de tus ojos la canela,
tierno matiz de mi país.
Si quieres llorar un río
imagíname sin ti.
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