BIENVENIDO/AS, Sensibles del planeta.

Es evidente que hacer poesía precisa de una condición especial, innata en ciertos aspectos, adquirida en otros tantos. Pero lo que nunca puede faltar en el interior de todo aquel que es o aspire ser poeta, independientemente de su condición humana, de su formación académica y sus circunstancias sociales, es esa chispa de pasión que enciende y pone en marcha el motor de su imaginación, que lo echa a volar, que lo trasporta hacia mundos extraños cuya profanación está rotundamente prohibida al común de la gente, a aquellos que carecen de la sensibilidad y la delicadeza necesarias para transformar lo simple en complejo y lo complejo en simple, lo inexplicable en comprensible, lo misterioso en común, lo grande en pequeño, lo feo en atractivo, lo sublime en alcanzable… Por eso el poeta suele ser para muchos un ser extraño, dotado de cualidades excepcionales, incomprendido en muchos casos; pero respetable siempre, por sus dotes virtuosas de hábil receptor de las vicisitudes que ocurren en su entorno.

jueves, 30 de septiembre de 2010

OLVIDO

Quien me olvida

es cielo azul de mi triste vida;

y fue milagro de amor

bajo el rastro de una caricia.

Quien me olvida

es noche tierna de un abril de caña

y dolorosa pesadilla de una ausencia.

Ella es hielo de mis besos

en los polos de mi demencia.

Sus ojos son sublimes;

sus labios, colmena del cielo

donde duermen las abejas de Dios.

Y como siempre en silencio yo

- sin ella -

sufriendo una tristeza

que solo sabe a soledad.

Quien me olvida,

no se duele de mi herida

ni sufre llanto por lo que soy:

un juguete de su amor,

un títere inútil de sus deseos,

un lejano pensamiento

de lo que anhelo en realidad.

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