
Corazón alfarero,
Que salpicas de incontrolables angustias mis anhelos,
Que desdibuja mi sombra
Y al espejo prohíbes mi reflejo.
Tus ojos me miran
pero no me pertenecen,
son tal vez de otro,
como tu eres mía en la monotonía de mis sueños
eternamente preñados de eternidad.
Al pensar en ti
descubro con interna rabia imprudente que otras no existen,
que no hay espacio para el olvido
en este sentimiento que sin querer construiste.
Tu boca me nombra
y por las noches,
no es a mi boca a la que besas,
y yo como un tonto durmiendo en el mismo ataúd de esta ilusión
donde moriré yo, segundos antes de que muera el amor.
Corazón alfarero
que ama su arte desgarrador,
queriendo echar de sus interioridades
su alma enamorada, triste y confundida,
pero nació contigo, alfarero, hasta que mueras un día.
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