BIENVENIDO/AS, Sensibles del planeta.

Es evidente que hacer poesía precisa de una condición especial, innata en ciertos aspectos, adquirida en otros tantos. Pero lo que nunca puede faltar en el interior de todo aquel que es o aspire ser poeta, independientemente de su condición humana, de su formación académica y sus circunstancias sociales, es esa chispa de pasión que enciende y pone en marcha el motor de su imaginación, que lo echa a volar, que lo trasporta hacia mundos extraños cuya profanación está rotundamente prohibida al común de la gente, a aquellos que carecen de la sensibilidad y la delicadeza necesarias para transformar lo simple en complejo y lo complejo en simple, lo inexplicable en comprensible, lo misterioso en común, lo grande en pequeño, lo feo en atractivo, lo sublime en alcanzable… Por eso el poeta suele ser para muchos un ser extraño, dotado de cualidades excepcionales, incomprendido en muchos casos; pero respetable siempre, por sus dotes virtuosas de hábil receptor de las vicisitudes que ocurren en su entorno.

jueves, 16 de septiembre de 2010

IMPOSIBLE OLVIDO...


Que te olvide!
Para que no haya huellas sobre el pasado
y para que mi pensamiento no te oxide.

¡Que te olvide!
Aún cuando mis dedos rotos
sufren sed de tu piel desnuda;
aún cuando eres mística nocturna
de un sueño indefinido.

Olvidarte, amor mío,
es un estrecho atajo al suicidio,
vía la deshidratación.
Mis ojos están llorando
su inmensa amargura,
su inmenso dolor.

¿Que te olvide?
Pues no se logra lo imposible
aunque se sangre en el intento.
Y se vuelve tenebroso el silencio
cuando sus gotas saben a sal.

Por tu amor he de llorar
lo que no lloraría en siglos.
Ardor inminentemente infinito,
que me atraviesa a golpe de espada
y que me envuelve en su nostalgia
cual tribuna de maldad.

No hay comentarios: