
Masacre dorado
Río Masacre,
curvo desde su simiente
hasta el rocío del amanecer.
Negros frutos humanos
en los árboles de tus orillas
con dolor agonizaron.
¡Ay, Masacre Dorado!
Tu honor y la sangre se pasean de mano
por el luto de la historia.
La viuda llora sobre tus arenas
sus horrendas y amargas gotas.
Río Masacre,
largo como el olvido
de un alma cobarde;
estrecho como el recuerdo
de un dolido amante.
Fuiste caudaloso como las pupilas
del huérfano inconsolable.
Masacre de los dioses,
en los vientos rondan tus voces
y tus aullidos desesperados.
Tus pulmones deforestados
sufren la pena de otro árbol cortado.
Río Masacre,
corren tus aguas como corre la sangre
al endiablado beso del oxidado puñal.
Las lágrimas del huérfano hicieron posible
la crecida inmediata de tu caudal.
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