
Te recuerdo en mis noches absurdas
y se humedecen mis mejillas con el rocio amargo que me brota del alma,
aguanto el dolor mientras mi corazón se va rompiendo a solas
como cantaro roto, que con desprecio se ignora.
Le ame con la fuerza de un dios
y le sufro en silencio como un debil cobarde,
no estoy confesando un pecado mortal
estoy hablando de amor
y ya no quiero amarle.
Marchitó mi sonrisa
clavo sus puñales en mi alma que era suya,
se olvido de mi amor
y del fruto nacido de aquellas locuras.
Menguo las luces incandescentes de mi vida
apagando los focos de anhelos,
mancho de luto luto todo mi presente
me hirió de pronto e ignora que muero.
Llego a mi vida con la mirada perdida
le extendi mi mano,
le dedique una sonrisa.
voy tragando despacio estos sufrimientos,
mientras viaja por mis venas todo su veneno.
Bailan sudorosos sus recuerdos en mi mente,
nuestras tardes en el campo,
o cuando haciamos el amor
en el nacer de la fuente.
Me perdió,
rompió los hilos que unían nuestras vidas,
su burla fue cruel
pero le perdono en mi triste agonía.
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